Kravash Ikarus

Nombre: Kravash Ikarus
Clan: Ravnos
Generación: 7ma
Edad real: 276 años
Edad aparente: 21 años.
Naturaleza: Confabuladora.
Conducta: Brabucón
Descripción física: Contextura delgada, pero bien formada, mide aproximadamente 1.68mts. Bastante ágil y eficaz con la prestidigitación. Ojos pardos y cabello negro ondulado hasta los hombros, normalmente, lleva una coleta sujetándolo. Viste con jeans azules, y una camisa roja. Usa un arete en la oreja izquierda. La mayor parte del tiempo, anda descalzo, casualmente, usa zapatillas.
Trasfondos: Generación 05 – Criados 02+2 – Recursos 03
Meritos y defectos:
Meritos: Manos Agiles – Equilibrio Felino – Reflejos Eléctricos.
Defectos: Toque de Escarcha – Exclusión de presa (gitanos) – Mordisco Infeccioso.
Disciplinas:
.-principal: Quimerismo (6)
.-secundarias: Fortaleza (5) – Animalismo (5) +1
Pertenencias: Circo – Parque de diversiones – Caballo – Halcón - Amuletos y joyas varias – Documentación Falsa – Naipe – Daga Arrojadiza – Dos Dagas para el combate – Reliquia Familiar.

Varios:

Historia:
Nací en algún lugar de Europa, donde descansara la caravana de gitanos en ese momento, éramos una pequeña campaña, demasiado pequeña para un grupo de gitanos, solamente eran tres personas en ese momento. Se sustentaban con lo que podía conseguir Baltazar, mi padre, el era un hábil prestidigitador, todo lo que conseguía, era robado de algún transeúnte incauto, que luego era vendido a alguien mas. Esmeralda, mi madre era la encargada de revender dichos artículos. Gioconda, era la más anciana del grupo, mi abuela materna. Por su edad, no podía hacer nada más que contar y transmitir la tradición de nuestra gente, y enseñar algunas cosas básicas, útiles para la vida nómada. Este fue el entorno que conocí el día que llegue a este mundo, esa era mi familia. La tradición dicta que los jóvenes varones aprendan la profesión de sus padres, para perpetuar la costumbre de la familia, así que desde corta edad, era instruido tanto por mi padre en el arte de la calle, como por mi abuela. Así transcurrió mi vida por cinco años. Mi madre había quedado embarazada nuevamente, de cierta forma, estaba feliz, tendría un hermano, pero su llegada, marcaria el destino de la familia completa. El parto de mi madre fue complicado, y ella quedo muy mal. Murió dos días después de dar a luz a Marko, dejando a mi padre la responsabilidad de mantener el solo a una anciana, y dos niños. Como el mayor, fue mi responsabilidad proteger a mi hermano según era la tradición. Mi abuela tomo el papel de tutora de ambos, y siguió las enseñanzas de mi madre ya fallecida mientras mi padre nos enseñaba el arte de engañar y robarle a la gente, así como la preparación de combate. Durante las noches, la abuela nos narraba historias de nuestra gente, viejos cuentos de héroes, ladrones, poderosas brujas, y sobre criaturas extrañas, con poderes fantásticos, hablaba de seres capaces de manejar la oscuridad, cambiar de forma sus cuerpos, doblegar la voluntad de las personas y ejercer un magnetismo sobre otros impresionante, cuando hablaba de ellos, nos hablaba de unos en especial, muy cercanos a nosotros, que podían alterar la realidad con solo pensarlo, hablar con las bestias y resistir fuertes golpes, según contaba, de vez en cuando se acechaban a alguna caravana y elegían a uno de los nuestros para continuar el legado cuando uno de ellos caía en batalla, desde mi perspectiva, eran cuentos de viejos, que mal estaba. En este ambiente, crecimos yo y mi hermano. Fueron diez años difíciles, vagando de lugar en lugar, escapando de los guardias y policías que nos buscaban por hurto, escondiéndonos de la gente que ya conocía nuestros rostros y nos despreciaba. Siempre los gitanos han tenido mala fama, y nuestra familia no era la excepción a esta regla. No paso mucho hasta que la edad se llevo a la vieja Gioconda, la caravana volvía a quedar disminuida, pero yo, con mis quince años, ya estaba en edad de cooperar con mi padre, para mi pueblo, ya era todo un hombre, y mi hermano ya podía mantenerse por si mismo. A la edad de 17 años, mi padre nos obsequio a cada uno una de las reliquias de la familia, mi hermano tomo un collar de oro de mi madre, mientras que yo recibí una daga de plata que le perteneció a el y a su padre. Quizá para el resto de la gente, eran meros objetos, pero para nosotros, eran tesoros de invaluable valor. Esa misma noche, la caravana fue atacada por bandidos mientras nos desplazábamos a lo que seria nuestro hogar momentáneo, mi padre dio su vida para que nosotros pudiéramos escapar. La oscuridad de la noche nos cobijo en nuestra huida de ese lugar. Solo un último grito desgarrador rompió el silencio y fue la señal de que desde ese momento, estaríamos solos. Nuestro viaje se vio drásticamente interrumpido, y tuvimos que volver los dos a aquella ciudad que nos dio la espalda por intentar sobrevivir. Los siguientes días como el mayor me tocaba ir a la ciudad y poner en práctica lo enseñado por mi padre, resulto que fui buen aprendiz, y esa semana solo nos falto la familia que nos fue robada por esos bandidos. Corrieron los años, y solo por nuestra fuerza de voluntad, nos aferrábamos a la vida. Ya con veintiún años acuesta, era todo un experto en el engaño, pero no existe el crimen perfecto, y el exceso de confianza fue mi celador. Caí detenido por robo y pase prisionero algunos meses, no volví a saber de mi hermano desde ese día.

Ficha terminada y aprobada. Prosigo a ser entrega del rango correspondiente, asi como de la zona Circo de la luna que podras hacer uso como refugio personal y de todo tu clan.

La ficha quedara cerrada y solo se abrira para hacer modificaciones que tengan justificacion en en rol

Progresion correspondiente a la segunda noche.

- Trasfondo Criado animal +2
- Disciplina Animalismo +1