Planes de acción

Y así concluía una noche mas en la enigmante Midnight City. Los echos que habían ocurrido no daban cabida a mis pensamientos... Que diablos pasaba en esta ciudad, por que el circulo interior me había enviado estas tierras solo para eliminar a un Tremere de poca monta.
Necesitaba hacer los tratos con la camarilla y rearmarla, la verdad es que estaba bastante dejada y poco movimiento había.

Salí en busca de Isabella, con ella teníamos un trato y debía cumplirlo en este momento..

Entre a una de las salas y vi que en ella se encontraba Isabella... Era lógico, la sala era la mas "decente" entre todas las demás...

*Hermosa Isabella, creo que ha llegado el momento en que pongamos nuestro plan en marcha.

Aún de día y no podía descansar. Los echos de la noche anterior me tenían por decirlo de alguna forma "incomoda". La información "manipulada" del diario matutino en realidad no estaba tan manipulada. No podía dejar de pensar en lo ocurrido, me tomé la cabeza con ambas manos y apoyé los codos en mi escritorio, mientras tarareaba una nana infantil.
En ese instante, algo interrumpió mi trance, más bien, alguien, Jedah. Levanté la cabeza un poco para mirarlo a los ojos mientras le sonreía

Con su tono de voz particular me incitó a comenzar con nuestro plan.


- Mi estimado Jedah, tienes toda la razón, pero tengo solo una duda. ¿Qué es lo que pretendes? ¿Quitarle el titulo de principe, o qué?. -





Conversamos gran parte del día en mi oficina, descansando solo por un rato.

Encontré a la hermosa Isabella en una de las cuantas cámaras de aislamiento cantando un nana.. Debíamos hablar sobre nuestros planes. Y debía ser rápido.

*La verdad hermosa Isabella, por ahora mis planes son ordenar la camarilla, por lo que he visto y me he enterado, nada de lo que se les ha indicado lo han cumplido bien. Querían tomarse el banco y fue un fiasco, y luego con la biblioteca, peor... Creo que ese tremere no da buenas ordenes... Es eso mientras tanto. No quiero tirar caza de sangre en contra nadie, por lo que seria mejor que empezáramos a armar la camarilla desde ahora y a unirnos como tal.

- La verdad mi estimado Jedah, creo que tus planes no deberían solo centrarse en ordenar a la Camarilla - Me recosté en la silla, y puse los pies sobre el escritorio. - Las cosas estan así en esta ciudad por obra de otra fuerza extraña que ninguno de los vastagos que residimos aquí hemos podido superar. Acaso, a los vejetes del Circulo Interior se les olvido comentarte lo ocurrido hace unos años. Lo de el gran terremoto que destruyo por completo esta ciudad. Al parecer si. Bueno, te lo resumo, esta ciudad no es controlada ni por el Sabbat ni por nosotros, una familia en particular, los Edwards de una forma "extraña" lograron reconstruirla en muy poco tiempo, y lograron hacerse del control de absolutamente todo, salvo la catedral, el circo, y este maldito lugar, además de pequeños lugares que fueron defendidos por sus "cuidadores" inmortales. Incluso, hace unos años, cuando aun estaba el inutil Ventrue de Julian de la Casa de los diegos, las Mercedes o lo que sea, "alguien" trato de incendiar este lugar, y llevarse a uno de mis pacientes más especiales.

- Suspiré, mientras dirigia mi mirada al techo -

Yo realmente pensaría en hacer valida esa "tregua" con la sombrita, necesitamos de todos los vástagos posibles para recuperar el control de esta ciudad, y ya luego nos descuartizamos entre nosotros y hacemos cenizas de Sabbat!

- Miré fijamente a Jedah nuevamente, esperando alguna reacción, en ese instante escuche la llegada de un nuevo mensaje de voz a mi celular, el cual escuché, para luego mover la cabeza hacia un lado en señal de no entender lo que pasaba con Angelique y la malkavian que habia arribado hace poco a la ciudad. Realicé una llamada a Angelique "Querida, habla Isabella, estoy en mi oficina, di que eres clave verde electrico y seguridad te traerá hasta mi. Saludos!" .-

Ya había llegado por fin al sanatorio con la malkavian un par de metros atrás. Antes de salir de la Galería escuche el teléfono, debía decir que era clave: Verde Eléctrico.
Estacione la moto, pare el motor y me baje, puse la alarma y me dirige camino hacia la puerta, la malkav ya estaba en su zona y fuera de la mía.
Me acerque a uno de los ghouls de la puerta y me dispuse a hablar con el.
-Buenas noches, Isabella me dijo que viniera... por una clave, verde eléctrico-dije dedicándole una tierna sonrisa.
En ese momento el sujeto me hizo pasar a la oficina de Isabella, ahí se encontraba un sujeto que nunca había visto.
[Auspex-1 Oído]
No escuchaba ningún latido de corazón, por ende todos acá eramos nada mas ni nada menos que Vastagos, una cara nueva en la ciudad, aunque deberíamos esperar a ver que hay entre manos.
-Buenas noches amados inmortales- dije con mi típico tono de voz algo seductora- veo que hay una cara nueva.
me dirige a el, hice una pequeña flexión con las piernas haciendo una reverencia y dedicándole una sonrisa.
-Angelique Le Bousier, un gusto
Esperaba que a Isabella no se le pasaran por la mente hacer algún plan desquiciado el cual nos pusiera en riesgo a todos, sino simplemente iba a tener que escapar de esta ciudad.

Llegue unos minutos despues que la Toreador, deje la moto en el estacionamiento y me diriji corriendo a la entrada. Mire al empleado que estaba en la puerta antes de entrar y sin decir palabra, me meti al sanatorio. Corri hasta la oficina de Isabella, abriendo la puerta de golpe, entre

-¡¡Goodnight and Goodmares!! -grite al mismo tiempo que cerraba la puerta detras de mi, pude ver que dentro estaba Angelique, la cual había llegado unos momentos antes que yo, Isabella y un tipo que no había visto en mi no-vida

[Auspex -1: oido] Ningun sonido llego hasta mis oidos, lo que nos daba como resultado... un vástago mas- ¡Hola!, Soy Emily Nevermore, el es Derek y el... un elefante rosa que dice miau -mientras hacia con mi mano señale la sombra que resultaba ser mi querido “amigo imaginario”... y a la mascota “imaginaria” del mismo

*Querida Isabella, la verdad es que el circulo interior me contó todo lo que había pasado en esta ciudad, la idea de ellos es que esta ciudad sea dominio Camarilla, pero eso lo veremos después. Sobre la familia Edwards he investigado, y al parecer tienen gran influencia en esta ciudad, algo que me encanta... pero la verdad es que.....

Antes de poder terminar con lo que decía entro una nueva vastaga a la sala, jamas la había visto, se presento como Angelique Le Bousier... Si no estaba equivocado debía ser una amante de las artes... Me acerque a ella amable y educadamente.

*Buenas Noches hermosa Angelique le Bousier. Mi nombre es Sigfrido Jedah, Líder de la casa de los Ventrues.. -Bese su mano derecha mientras me arrodillaba ante ella- Es un honor y un placer estar ante usted, hermosa dama. Espero podamos conocernos mejor, bella dama.

Me levante y me pose frente a ella mientras delicadamente soltaba su mano, en eso llego una chica que se hacia llamar Emily Nevermore, y me presentaba a Derek y su elefante rosado que decía "miau" era makavian, no había duda... Me acerque a ella y bese su mejilla delicadamente, mientras hacia una reverencia a sus amigos.

*Un gusto conocerla señorita Nevermore, alguien tan delicada y hermosa como usted no debe estar sola ningún momento, me alegro que la cuiden Derek y su elefante.

Volví al lado de Isabella para continuar con los planes.

*Isabella, sabes que no tendría problemas en formar planes con el Sabbat y creo que lo sabes mejor que nadie, pero primero debemos hacer las cosas bien. Necesito respuestas. ¿Por que querían tomarse el banco y la biblioteca? Ya que si los necesitamos realmente podemos hacer algo en ese lugar. Pero necesito respuestas... Por ejemplo ¿Alguien sigue a ese Tremere que se cree príncipe?

Le guiñe un ojo al ver entrar a Angelique, y me senté de manera correcta, poniendo ambos codos sobre mi escritorio, entrelazando en un puño mis manos para apoyar mi mentón en él. Al ver entrar a Emily, la miré severamente, casi regañandola con la mirada, pero al ver como presentaba al elefante rosado que la acompañaba y a su otro amigo imaginario suavicé mi semblante.

- La verdad, solo seguía tu consejo, aquel que me diste en Roma "no te metas en problemas con el Circulo, no volveré a salvarte" y bla bla bla. Solo eso, y bueno, seguía ordenes de Khann de "portarme bien". Por cierto, esta en la ciudad. Y creo, que todos los vastagos de esta Camarilla mal formada lo seguimos solo por "conveniencia" además, creo que debiste notar que mis "arrebatos de novata" en el banco fueron para joderle la noche al malnacido ese...- Antes de seguir hablando no pude soltar una pequeña risa al formular mentalmente mi respuesta sobre si alguien seguía al bastardo del Tremere. - Oh, Jedah, no me hagas reir... Ese ni siquiera es intento de Tremere. De echo, mandaré a hacer un libro sobre los secretos de las taumaturgias que tenga rayos solares y cuando lo intente abrir se convierta en polvo hahahaha- Mi risa no pudo ser contenida más, y se escuchó por todo el subterráneo del Sanatorio, luego de unos segundos mi semblante se colocó serio [cambio de personalidad] Mi tono de voz era más formal, incluso me hacia parecer extremadamente culta y de buena familia, un vástago que no me conociese me confundiría quizás con un Ventrue solo por los gestos y la forma de expresarme - Las cosas son simples, mi inestimable Sigfrido, ese nuevo príncipe es una farsa, él no ha logrado hacer que ninguno de nosotros le siga, pues ninguno de nosotros depositamos ni un gramo de confianza en alguien que se muestra reacio a dar a conocer su nombre a sus vástagos. ¿Es así como se genera confianza en la prole? No, verdad, estimadisimo. -

Deje que el tipo que no conocia me besase en la mejilla y se presentara, me fuí hasta un rincon de la habitacion y me sente abrasando mis piernas mientras escuchaba lo que Isabella decía, su actitud había cambiado radicalmente y parecia una ventrue o algo por el estilo. Tras ella terminar de hablar, jugue con una de las orejas de conejito que tenia el gorro de mi poleron.

-Disculpen mi intromisión pero... ¿estan hablando del principe que aun no tengo el desagrado de concer? -Aunque la noche anterior me había desesperado por no haber ido a presentado ante el principe, ahora, no tenia ni el mas minimo interes en conocerlo- Siendoles honesta... tengo mas interes en las orejitas de mi poleron que en conocer al tremere que esta por príncipe

-Basura! Bastardos! Ustedes sólo se dedican a soplarle la polla al que mejor les trate. Parecen putas sarnozas.
Arcantos no había entrado del todo a la habitacion, sino que se mantuvo junto a la puerta mientras gritaba a los demas cainitas. Llevaba suficiente tiempo allí como para haber escuchado parte de la conversacion. Su semblante era desastrozo, deprimente. Su rostro enmarcaba una mueca de desesperante tristeza, y su voz se quebraba con cada grito, sollozando entre silencios -Ninguno de ustedes tiene un ápice de decencia, inmundos!

Arcantos había hablado, por ende tan solo decidí ignorarlo. pero no sin antes decir una frase al aire
-Solo somos marionetas que tiramos de nuestros propios hilos y vemos por la conveniencia propia, aquí tan solo debes deberle fidelidad a ti mismo, por que ni de vuestra sombra puedes confiar realmente
Me acerque por atrás a Isabella, poniendo mis manos de forma delicada y acercándome a su oído para hablarle de forma que tan solo yo escuchara.
-Querida la mejor manera de destronar a vuestros enemigos es uniéndote a ellos y destrozándolos de a fondo, como una enfermedad sin cura-dije con un tono de voz convincente.
Me aleje un segundo y me fui a uno de los rincones de la pared, caminando de forma muy delicada.
[Presencia 2-Convencimiento]
-Mis queridos, a mi tampoco me agrada la actitud del príncipe incógnito, pero, ¿no creen que es mejor conocerlo y encontrar sus puntos débiles?, me ofrezco ya que se podría decir que me he ganado parte de su confianza a encontrarlos, y así hacer una labor mucho mas fácil para todos... pero desearía saber que recibiré a cambio de esto, aquí todos trabajamos para nuestra propia conveniencia.-mi tono de voz era algo mas profundo pero no dejaba de ser atractivo y dar confianza a los presentes en la habitación.
Podía sentir un segundo el silencio en la habitación. Baje la cabeza y me puse a juguetear un segundo con el collar en forma de corazón que llevaba, en ese momento me acorde de un par de palabras que mi sire me había dicho antes de dejarme ir.
"has lo que este a vuestro alcance para triunfar frente a todos, nunca te dejes ganar mi pequeña Musa¨
Si aquí había que poner unos contra otros tan solo para vivir tranquila lo iba a hacer, aunque debía tener cuidado con las consecuencias

Mire a Angelique cuando hablaba con Isabella. La verdad por mi agudo oído había escuchado todo lo que había dicho, pero lo omití.

Me acerque a Angelique y la mire fijamente a los ojos...

*Que es lo que mas desea tu corazón muerto? Dinero, fama, poder, algún juguete con quien practicar el encanto Toreador, o tal vez una galería solamente para ti? Tu solo debes pedir encanto, que te puedo entregar lo que desees. Ahora bien, como dices, has ganado la confianza de Alessandro, si, ese es su verdadero nombre. Por si no saben, tengo la información de cada vástago en la camarilla de esta ciudad, y sobre todo de ese intento de Príncipe.
Mi misión es simple, si no sabe controlar la camarilla como corresponde y no hace un buen papel de príncipe, debo recuperar ese puesto.

Mire a Isabella...

*Querida Isabella, el anterior príncipe, Julian de la Casa de los Diegos, hizo un buen trabajo en esta ciudad, pero después los Edwards tomaron el control. Y deberíamos recuperarlo.

Lo mire un segundo, dudando un poco de lo que me ofrecía, pero para mi ya eran cosas que en si tenia, o simplemente si las quisiera seria tan solo una muchacha ambiciosa.
-Querido, me ofreces cosas que tengo, y que prácticamente no necesito-me acerque a el poniendo mis manos en sus hombros, colocándome detrás de el para hablarle-cielo, de ti solo pediría protección y un par de favores mas que te los pediré mas adelante, y por sobretodo vuestra confianza en mi, que a cambio daré lo mismo.
Sabia que confianza plena iba a ser difícil de dar y entregar en un lugar donde tu supervivencia debía depender de todo lo que estuviera a vuestro alcance.
Me aleje un par de pasos y me senté en la esquina del escritorio de Isabella apoyándome con una de mis manos.
-Si me dicen de que trata de vuestra estrategia, podre colaborares dependiendo de lo que trate, aunque pediría que antes me dejen hacer un par de transacciones en el Alacrán cosa en la que me ayudara el actual príncipe.
Empece a jugar con uno de los flequillos de mi cabello mientras esperaba alguna respuesta, baje la cabeza mirando el suelo lo cual sentía que daba una pose bastante coqueta para cualquiera.

El Lunatico centró toda su atencion en la Toreador, observandola detenidamente. Luego de de un rato soltó un largo y ruidoso bostezoee -Grupo de imbeciles, van a lamentar haber comenzado este jueguito de intrigas. Y ahí va a estar el bueno de Arcantos para reirse en sus caras, idiotas!as!
La indignacion abordó nuevamente al Malkavian, quien abandonó el lugar rapidamente.
{salgo de escena}

Escuchaba atentamente cada palabra salia de la boca de los vástagos presentes - “¿Recuperar el control?, ¿acaso planean sacar al principe? -aquel pensamiento ilumino mi rostro, no conocia al principe de aquella ciudad puesto que no había ido a presentarme, pero por lo que estaba escuchando pude deducir que era un desagrado de principe.

-Interesante tema, me gustaría saber que planean, tal vez no es mucho lo que puedodamos hacer pero... Derek, Fantito y yo queremos ayudarles... claro, si Isabella nos lo permite -Volvi a colocarme de pie y mire a Isabella con algo de suplica, estaba aburrida y no planeaba vagar todas las noches sin nada que hacer, bueno, al menos algunas noches tal vez haria eso.

Pase mi vista por toda la habitación para luego detenerme en Angelique, una sonrisa apareció en mi rostro al ver su postura coqueta -Linda postura de calendario, ¿que mes es? ¿marzo, abril... mayo? -Mientras enumeraba los meses, baje mi gorro dejando a la vista mi cabello, luego me crucé de brazos y regrese mi vista a la lider Malkavian- ¿y bien?

Aun a sabiendas de que Arcantos aun rondaba cerca de mi oficina, y luego de ver su mediocre espectáculo, y la reacción de los demás en la sala, usé toda la potencia de mi voz para responderle - EL ÚNICO IMBÉCIL Y CAPULLO AQUÍ ERES TU ARCANTOS, EL QUE EMPEZÓ CON EL JUEGO DE INTRIGAS FUE ÉL, Y TU NO TE DAS CUENTA PORQUE CREES QUE TODOS SON TAN NOBLES COMO TU, EL POBRE LUNÁTICO QUE SALVA AL MUNDO! DEJA DE CREER EN QUE LOS LOCOS SOMOS LOCOS Y LOS CUERDOS CUERDOS, TU SABES MUY BIEN CUAL ES LA REALIDAD, ACÉPTALA DE UNA VEZ, MALDITO LAMEBOTAS! ABRE ESOS MALDITOS OJOS DE UNA VEZ Y DEJA DE SER TAN HUMANO! - exhalé un poco de aire, y les sonreí a los presentes, era obvio que Arcantos terminaría por odiarme esa noche, pero la verdad, un ciego que no ve su propia nariz no me servía, al menos no por ahora.

Luego de aquel impasse, tomé un poco del contenido de mi copa, y miré fijamente a Angelique. - Querida, créeme que no era necesario que me dijeras eso. Es algo que aprendí hace siglos. pero... gracias. - Miré a Jedah fijamente a los ojos - Ahora, Sigfrido Jedah, me estas diciendo que ese imbécil de Julian está de regreso? Lo que me faltaba, a sobra de un inepto de príncipe me traes a otro. Lo siento, pero no concuerdo contigo en que hizo un buen trabajo a mando de esta ciudad, pero bueno, entre ese imbécil del Tremere y Julian, prefiero a Julian, al menos en él puedo depositar algo de mi confianza. Aunque yo prefiero que tu tomes el poder Jedah. Sería como en los viejos tiempos.

Medité unos segundos y posé mi vista en la pequeña malkavian - Supongo que esos ojos de suplica, son porque quieres un encargo de mi parte ¿no? Pues bien mi pequeña ¿Cuál es tu limite? ¿Hasta donde eres capaz de llegar?- Sonreí
Luego de unos instantes, hable lo más bajo posible y sin mover los labios, para que solo Jedah escuchase.
"Blue, necesito usarla para enviar un mensaje a ella, nadie en la ciudad parte de nosotros la conoce, es joven y tiene impetu, además, sería mi prueba de iniciación."

Al final de cuentas sentía que tan solo estábamos criticando nuestros cuadros entre artistas, el enemigo no eramos nosotros mismos, sino algo mas poderoso a mi criterio.
-Escuche por ahí que los Edwards estaban llegando de apoco-dije en voz baja pero sabia que me habían escuchado- en vez de estar luchando entre nosotros mismos deberíamos intentar sacarlos del camino y después pensar a quien se le ve menos patética una corona del siglo XVIII
Me levante del escritorio y me fui al rincón opuesto de donde estaba anteriormente, puse un flequillo de mi cabello en mi cara para intentar cubrir la mitad de ella y darle un toque mas misterioso a la situación, metí las manos en mis bolsillos y procedí hablar nuevamente.
-Si desean peliarse después por un jodido poder el que nadie respeta, primero ganenselo, destruyan al enemigo y después tomen lo que se merecen sus acciones, pelean por algo que ustedes no tienen y lo saben bien, no sean patéticos y si vamos a arriesgar nuestros pellejos por algo que sea por algo que valga la pena no sus peleas infantiles y sus juegos de tres idiotas peliandose por la ultima silla en las sillas musicales- dije con un tono algo sarcástico, hice una pausa y proseguí- Sean hijos de Caín no zombies sin cerebro.
aun mi cabello y mi ropa no se secaba bien, la lluvia afuera estaba fuerte y mi piano aun me esperaba en mi galería, también me habían entrado ganas de tocar violín, pero tenia que esperar a que esto llegara a buen puerto y no terminaran haciendo un aquelarre en mi galería quemándome con cuadros y todo.

Escuché las palabras de Angelique y reí ante sus comentarios, en cierta forma tenia razón, ¿quien quería ser príncipe, si nadie te respetaba?, la mayoría fingía respetarte y cuando te dabas vuelta, comenzaban a planear como dejarte al sol para que ganaras un lindo bronceado. Puse una cara seria y volví a ver a Isabella

-No tengo limites... solo, obviamente no trabajo bajo el sol, ademas de que hago las cosas a mi manera -mientras decía esas cosas coloque mi mano derecha en mi cadera y mire el techo- le dejo a ud los limites que tendré

Jamas había dejado que alguien me pusiera limites, incluso a mi propio sire siempre le reclamaba el hecho de que me pusiera limites, pero en este caso, considere que era lo mejor. Sentí como Derek ponía su mano sobre mi hombro y comenzó susurraba cosas que solo podia escuchar yo- ¿que?, ¿papitas? ¡Derek no tengo papitas!... ¡Nooo, Isabella tampoco tiene papitas!, ¿por que mejor no te vas con fantito a ver si ahí sol en la esquina?

Derek y fantito desaparecieron, sonreí de manera infantil y mire Isabella -lamento lo de Derek, es fanatico de las papas fritas... bueno, como le decía, ud pone lo limites pero hago las cosas a mi manera -sonreí al decir eso, recordé a mi sire y su gran consejo de “si vas a trabajar para otros... deja en claro que lo harás a tu manera”, tal vez, esta vez aquel consejo, me podía servir de algo

Un discreto automovil negró se estacionó a la salida del Sanatorio, del que descendió un hombre de edad mediana y abundante barba vestido con una túnica purpura. El sujeto se hizo anunciar en porteria: pedía audiencia con el o la regente del lugar.

Antes de poder darle mis instrucciones a Emily, Balthazor llamó a mi intercomunicador avisándome de la presencia de un hombre desconocido que solicitaba audiencia conmigo. Encendí la pantalla de mi ordenador de escritorio, y revisé la camara de seguridad de la entrada. No lo conocía. Miré a los demás presentes y sonriendo les dije - tenemos una visita, veremos que es lo que trama. Tengan extremo cuidado, en estos tiempos no nos podemos confiar de nadie. - Avisé a Balthazor que lo condujese hasta donde me encontraba en ese instante, mi oficina. Mientras esperaba, revisé que mis armas se encontrasen en su lugar, listas para su uso si era necesario. - Emily, después de esto, te daré tu misión, o quizás durante el transcurso de este suceso. Ahora, te necesito aquí. No confío en ese tipo.

Las luces del sanatorio se apagaron de improviso. El origen era exterior, lo que indicaba un fallo en la red de suministro.

Asentí ante las palabras de Isabella, momentos después, la luz se corto. Moví la cabeza para ambos lados y con pasos tambaleantes me dirigí hasta un rincón, me senté y abrace mis piernas. Mis acciones no eran por ninguna fobia ni nada, solo era la postura que siempre adoptaba cuando estaba en completa oscuridad.

-Isabella -llamé en voz baja- ¿que crees que haya pasado? -con un dejo de curiosidad en mi voz, comencé a mover mi cabeza de un lado a otro, en voz baja y cantarina, comencé a cantar- adiós mundo cruel, ya nunca te veré, yo diré que no te conocí, pero todos ya comprenderá que magnifico es, dejar este mundo cruel -reí por mi propia actitud, guarde silencio de pronto y cerré los ojos, quedándome tranquila por un momento

Tranquilamente, pase mi mano derecha por mi ropa, específicamente en los lugares donde mis armas estaban escondidas, podía necesitarlas en cualquier momento, por lo que las manejaba escondidas, pero podía sacar fácilmente de donde estaban

Al momento de bajarle el sistema de la luz reí por lo bajo mientras escribí un mensaje de texto para mi criado "ahora, tienes 30 segundos" él entendería la orden de activar el generador interno de emergencia de la electricidad - vaya, vaya... esto será interesante - [Auspex 1, Sentidos agudizados: Oído (narrador usted diga lo que se escucha)] Me puse en pie para luego sentarme en la esquina de mi escritorio, con una postura que a simple vista parecía relajada, pero mis sentidos estaban 100% alertas. Vi de reojo a Sigfrido y le guiñé un ojo.

La luz se interrumpió mientras el criado de Isabella guiaba al invitado a su oficina. El hombre pareció no inmutarse en lo absoluto, simplemente insistió con el criado para que lo llevase pronto a destino.
Al entrar en la oficina, la energia ya se habia restituido, suminstrada por los generadores del Sanatorio. Una vez dentro, recorrió con la mirada el lugar, poniendo una incomoda atencion en cada uno de los presentes, sobre todo en Emily, quien estaba aun en el piso. Su mirada era severa, y por saludo sólo levanto levemente una de sus manos -Con cuál de ustedes debo hablar? A mi me parecen todos iguales....

- ¿Qué es lo que desea, mi estimado? - Lo miré fijamente a los ojos, medio sonriendo. Mi expresión facial era de una persona a la cual jamás se le podría calificar de Malkavian. Moví la cabeza hacia al lado izquierdo y de reojo miré a Sigfrido esperando algún tipo de señal o indicio de cual sería su actitud.


*OFF: Narrador, aún sigo esperando su intervención en cuanto a mi disciplina.